Mudar é possível (?): acesso à justiça na execução penal através da Defensoria Pública
Ano de defesa: | 2019 |
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Autor(a) principal: | |
Orientador(a): | |
Banca de defesa: | |
Tipo de documento: | Dissertação |
Tipo de acesso: | Acesso aberto |
Idioma: | por |
Instituição de defesa: |
Universidade Federal de Uberlândia
Brasil Programa de Pós-graduação em Direito |
Programa de Pós-Graduação: |
Não Informado pela instituição
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Departamento: |
Não Informado pela instituição
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País: |
Não Informado pela instituição
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Palavras-chave em Português: | |
Link de acesso: | https://repositorio.ufu.br/handle/123456789/29258 http://dx.doi.org/10.14393/ufu.di.2019.685 |
Resumo: | La cárcel es a menudo equiparada al infierno, de Dante o de cualquier otro. Pero, ¿qué es lo que lo mantiene así? ¿Sería la invisibilidad? Hay muchas invisibilidades y todas ellas, a su modo, contribuyen a la manutención de la cárcel como una forma de imposición del sufrimiento, que cumple una función de contención de la masa contrahegemónica: crea el héroe, el enemigo, hace con que ellos luchen entre sí, manteniendo alejados los reales detenedores del poder. Pero la invisibilidad que se propone ahora quede atenuada es la que deriva de la falta de acceso a la justicia. ¿Cuál es el método más eficaz, incluso económicamente, de proporcionar el acceso al orden jurídico justo al encarcelado? Como hipótesis central: la Defensoría Pública. El acceso a la justicia, como instrumento de la concreción de todos los demás derechos, depende, entre otros factores, de una asistencia jurídica que sobrepase el mero acceso al poder judicial, así como la actuación meramente protocolar. ¿Será que el apareamiento y crecimiento de la defensoría en los últimos años ha sido capaz de aumentar el debate de cuestiones envolviendo la cárcel en índices superiores al aumento de la población carcelaria? ¿Las normas que disciplinan la actuación de la Defensoría Pública en la ejecución penal están dotadas de aptitud para proporcionar la reducción de los daños producidos por la cárcel? ¿Justo un órgano del Estado? ¿En tiempo de generales vicepresidentes; milicos y jueces Secretarios de Seguridad Pública, los cuales nunca han tenido ninguna experiencia con la materia, y que visten togas que, en sus mentes infantiles, son verdaderos trajes que les conceden superpoderes; promotores de acusación que se empeñan en negar lo obvio de que en lugares donde no hay camas para dormir están superpoblados? Quizás, la institución surja como una fruta de la pasión, en medio del semiárido, en la caatinga y produce un fruto, dulce y ácido, pero capaz de contener, aunque parcialmente, el poder. |