Demarcar a terra com sangue: discurso, memória e resistência indígena
Ano de defesa: | 2024 |
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Autor(a) principal: | |
Orientador(a): | |
Banca de defesa: | |
Tipo de documento: | Tese |
Tipo de acesso: | Acesso aberto |
Idioma: | por |
Instituição de defesa: |
Universidade Federal de Uberlândia
Brasil Programa de Pós-graduação em Estudos Linguísticos |
Programa de Pós-Graduação: |
Não Informado pela instituição
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Departamento: |
Não Informado pela instituição
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País: |
Não Informado pela instituição
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Palavras-chave em Português: | |
Link de acesso: | https://repositorio.ufu.br/handle/123456789/43237 http://doi.org/10.14393/ufu.te.2024.353 |
Resumo: | Resumen: La historia de la colonización de las Américas está caracterizada por discursos de Muerte, pero también de resistencia que los pueblos opusieron a la necropolítica europea desde la invasión. Las formas de resistencia en la formación de los Estados nacionales en América Latina, sin embargo, son un tópico rezagado a un lugar secundario en gran parte de la historiografía. En el siglo XXI, presenciamos movimientos difusos de grupos de estudio, de asociaciones y colectivos - en las universidades y más allá de ellas - que se ocupan de pautas y demandas específicas de gente de quilombos, gente indígena, gente que vive en el margen de ríos, como también otras colectividades marginalizadas. Muchos estudios contemporáneos en América Latina trabajan sobre las memorias de comunidades de insurgentes, de personas y grupos violentados. Partimos de la percepción de que la resistencia indígena ocurre en un continuum desde la invasión, y que los dispositivos coloniales se perpetúan en discursos neocoloniales, lo que implica la consideración de una larga memoria (Cusicanqui, 1987; 2010) de las insurrecciones en contra del poder de matar - la necropolítica del Estado-nación (Mbembe, 2018). Si, a lo largo de la historia, la posesión/propiedad de la tierra constituye un marco fundacional de conflictos, la colonización de las regiones interiores del continente se sobrepuso sobre las antiguas formas de habitar, provocando el destierro, la formación de aldeas, la captura y la esclavización de negros/as e indígenas. De este modo, los movimientos de las poblaciones de seres que huían y de refugiados describen líneas en la geografía del continente, y marcas remanecientes de la condición de cautiverio, memorias de los cultivos, del sometimiento, de la masacre. Las políticas de tierras y los discursos del monocultivo y de la ocupación de los "vacíos demográficos" (Tavares, 2018) - sobre todo en las dictaduras - se van reproduciendo en las prácticas de apropiación de las tierras indígenas. En el siglo XX, en diferentes contextos en la América Latina, comunidades forman alianzas y pasan a actuar en diversos ambientes para salvaguardar el derecho a la tierra, a la vida y a los procesos propios. Recortamos eventos específicos para análisis: la creación del Parque Indígena do Xingu en 1961 marca cambios significativos en las formas de organización de colectivos indígenas que, en la década de 1980, se materializan en las movilizaciones de la Asamblea Constituyente (1987). La promulgación de la Constitución Brasileña de 1988 marcó la emergencia de nuevas condiciones en el orden jurídico, que, sin embargo, demandarían nuevas luchas por demarcaciones para que se volvieran derechos de facto. Las retomadas de Tierras Indígenas, en el plan macropolítico, acompañan producciones micropolíticas, tácticas, en la literatura, en la investigación académica, en el teatro, en la música, en el derecho, en las artes visuales - territorios de la resistencia indígena contemporánea. Las nuevas formas de comunidad que se forman en el tránsito indican diferentes actores de la resistencia en diferentes lugares sociales, que producen enunciados diversos, atravesados, sin embargo, por rasgos de parentesco de memorias. Luego, nuestro objetivo es analizar las producciones de memoria de la resistencia indígena, en diálogo con los estudios de los discursos y practicas descolonizadoras propuestos por Silvia Rivera Cusicanqui (1987; 2010, 2015a; 2015b; 2018). Nuestros análisis de los indicios encuentran marcas y vestigios de una larga memoria de la resistencia indígena, tomando dispersiones enunciativas que circulan en la internet, en imágenes, textos verbales y videos. Analizamos enunciados difusos en mídias marginales a las corrientes principales: los larga-metrajes Raoni (1978), A Última Floresta (2021), los videodocumentarios Índio cidadão? (2014), O Espírito da Floresta (2012) y Nixi pae, los cortas- metrajes: Já me transformei em imagem - Ma É Dami Xina (2008), Pirinop: Meu primeiro contato (2007), Fôlego vivo (2021), Nalimo: resistencia Abya Yala (2021), la serie de documentarios Índios no Brasil (CARELLI, 2000), las producciones de Aryel Ortega Kuaray Poty, Larissa Yepadi'ho y Takumã Kuikuro, como también algunos videos del Projeto Vídeo nas Aldeias (Carelli, 2015), además de obras de artevistas indígenas publicadas en sus blogs y expuestas en galerías. Seleccionamos materiales producidos por indígenas, en que ellos/as tienen parte activa en la concepción y podemos oír sus hablas. Encontramos que el devenir-indígena implica la reapropiación de la memoria histórica, y que las prácticas de resistencia, las grandes marchas y campamentos por espacios e instituciones públicas, como también las micro insurrecciones cotidianas, constituyen gestos memorables. Las (ins)urgencias de los cuerpos de saberes indígenas en la investigación académica operan la crítica de las imágenes/discursos sobre el/la indígena. Más allá, percibimos la lucha por la reapropiación de la voz y memoria de la tierra (Tavares, 2018) como vía de posibilidades para el futuro indígena. En las epistemes indígenas, la tierra es una entidad de derechos. |